lunes, 30 de abril de 2012

¿Debemos cerrar definitivamente las carreras de comunicación?




Por Fabricio Bonato*

Usted se preguntará el porqué del título. ¿Qué me lleva a plantear esta incógnita? Paso a explicar la razón por la que me estoy preguntando ésto.
Tal vez es un aspecto poco conocido por la sociedad en general, pero para quienes nos formamos en carreras de comunicación, sean terciarias o universitarias, sean en diversas especialidades (periodismo, comunicación institucional, etc.), es una realidad diaria la de enfrentarnos a situaciones que nos hacen replantear el por qué elegimos estudiar comunicación.

Algunas realidades en el Periodismo

Tomaremos algunos ejemplos de lo que sucede en una ciudad como Concordia, ya que puede ser distinta de la realidad de ciudades grandes como Capital Federal, Rosario, Córdoba, Santa Fe, etc.
Para los estudiantes o graduados en comunicación que se dedican al periodismo, es habitual que veamos que en los medios de comunicación (radios, diarios impresos o digitales y televisión) no somos tenidos en cuenta para integrar programas o redacciones, ya sea delante de un micrófono o una computadora, o en la producción de dichos emprendimientos periodísticos. Hoy por hoy no es el porcentaje ideal el que se encuentra trabajando en los Medios. Muchas veces, somos buscados para integrar programas, pero además de nuestro trabajo periodístico, debemos hacer de productores publicitarios, financiando nosotros mismos los honorarios laborales con la búsqueda de auspiciantes.

También en la Comunicación Institucional

Otra realidad para los comunicadores, en este caso los institucionales, es encontrar trabajo en empresas e instituciones, públicas o privadas. Para explicar un poco al lector, un comunicador institucional es un gestor de contenidos y mensajes, planificados y coordinados, pero desde la organización a la que pertenece. Hace prensa, difusión de actividades, boletines y revistas institucionales, aporta contenidos a la página web, gestiona los espacios en las redes sociales, planifica estrategias publicitarias; en fin, gestiona la comunicación interna y externa de la empresa o institución.
Los comunicadores institucionales graduados vemos como empresas locales y regionales dan poca importancia a nuestra actividad. Son pocas las que confían en un comunicador sus actividades de difusión, tal vez ignorando que la adecuada gestión de este bien intangible redunda en beneficios de imagen y venta de sus productos o servicios.
Con respecto a lo que sucede en las instituciones, también son pocas las que están valorando la importancia de la comunicación. Y aquí nos detenemos para mostrar otra realidad: las instituciones públicas. A veces, por no decir la gran mayoría de las veces son signadas por la política, creándose y manteniéndose Áreas de Prensa que son llevadas adelante por personas sin formación en la educación superior en la especialidad. Así vemos que, el propio Estado, y en este caso toda la sociedad, que mantiene económicamente las carreras terciarias y universitarias en Comunicación (públicas o de gestión privada), no contrata ni realiza concursos para sumar a su fuerza laboral a comunicadores graduados en Institutos y Universidades. Ésta es una dura realidad para quienes nos formamos en dichas casas de estudios, ya que es una frustración doble la de no poder ni pertenecer a empresas privadas ni a las públicas.

Redondeando

Una vez descripta la situación de los comunicadores graduados, cómo respondo a la pregunta inicial de este artículo: ¿debemos cerrar definitivamente las carreras de comunicación? Mi respuesta a este interrogante, a pesar de lo desesperanzadora que pueda parecer la pregunta, es que no, no debemos cerrarlas. No podemos dejar de lado la formación de comunicadores responsables, capacitados, con valores, con herramientas para enfrentar la profesión de manera, justamente, profesional.
Ahora sí, la autocrítica que debemos hacernos como consumidores de Medios es tratar de exigir que quienes nos informan estén formados en instituciones educativas, que nosotros mismos sostenemos con nuestros impuestos. También los dueños de los Medios deberán pensar si no sería mejor, para elevar el nivel de nuestros productos, contratar graduados en comunicación. Los empresarios que auspician en Medios de Comunicación también pueden colaborar en mejorar el nivel, pautando publicidades con programas y diarios que tengan entre sus trabajadores graduados en comunicación. Y, finalmente, nuestros dirigentes políticos, que en su búsqueda de comunicar desde las instituciones públicas no se dejen llevar por favoritismos ni amistades, y contraten a gente formada que pueda llevar adelante la Prensa y Comunicación.
Tengo esperanza de que esto cambie, para elevar el nivel de la sociedad, para informarnos más y mejor, para crecer como comunidad. Apoyemos a los graduados en comunicación.

* Técnico Superior en Comunicación Social. Estudiante avanzado de Licenciatura en Comunicación Institucional.