Por Fabricio Bonato*
Usted
se preguntará el porqué del título. ¿Qué me lleva a plantear esta incógnita?
Paso a explicar la razón por la que me estoy preguntando ésto.
Tal
vez es un aspecto poco conocido por la sociedad en general, pero para quienes
nos formamos en carreras de comunicación, sean terciarias o universitarias, sean
en diversas especialidades (periodismo, comunicación institucional, etc.), es
una realidad diaria la de enfrentarnos a situaciones que nos hacen replantear el
por qué elegimos estudiar comunicación.
Algunas realidades
en el Periodismo
Tomaremos
algunos ejemplos de lo que sucede en una ciudad como Concordia, ya que puede
ser distinta de la realidad de ciudades grandes como Capital Federal, Rosario, Córdoba, Santa Fe, etc.
Para
los estudiantes o graduados en comunicación que se dedican al periodismo, es
habitual que veamos que en los medios de comunicación (radios, diarios impresos
o digitales y televisión) no somos tenidos en cuenta para integrar programas o
redacciones, ya sea delante de un micrófono o una computadora, o en la
producción de dichos emprendimientos periodísticos. Hoy por hoy no es el
porcentaje ideal el que se encuentra trabajando en los Medios. Muchas veces,
somos buscados para integrar programas, pero además de nuestro trabajo
periodístico, debemos hacer de productores publicitarios, financiando nosotros
mismos los honorarios laborales con la búsqueda de auspiciantes.
También en la
Comunicación Institucional
Otra
realidad para los comunicadores, en este caso los institucionales, es encontrar
trabajo en empresas e instituciones, públicas o privadas. Para explicar un poco
al lector, un comunicador institucional es un gestor de contenidos y mensajes,
planificados y coordinados, pero desde la organización a la que pertenece. Hace
prensa, difusión de actividades, boletines y revistas institucionales, aporta
contenidos a la página web, gestiona los espacios en las redes sociales,
planifica estrategias publicitarias; en fin, gestiona la comunicación interna y
externa de la empresa o institución.
Los
comunicadores institucionales graduados vemos como empresas locales y
regionales dan poca importancia a nuestra actividad. Son pocas las que confían
en un comunicador sus actividades de difusión, tal vez ignorando que la
adecuada gestión de este bien intangible redunda en beneficios de imagen y
venta de sus productos o servicios.
Con
respecto a lo que sucede en las instituciones, también son pocas las que están
valorando la importancia de la comunicación. Y aquí nos detenemos para mostrar
otra realidad: las instituciones públicas. A veces, por no decir la gran
mayoría de las veces son signadas por la política, creándose y manteniéndose
Áreas de Prensa que son llevadas adelante por personas sin formación en la
educación superior en la especialidad. Así vemos que, el propio Estado, y en
este caso toda la sociedad, que mantiene económicamente las carreras terciarias
y universitarias en Comunicación (públicas o de gestión privada), no contrata
ni realiza concursos para sumar a su fuerza laboral a comunicadores graduados
en Institutos y Universidades. Ésta es una dura realidad para quienes nos
formamos en dichas casas de estudios, ya que es una frustración doble la de no
poder ni pertenecer a empresas privadas ni a las públicas.
Redondeando
Una
vez descripta la situación de los comunicadores graduados, cómo respondo a la
pregunta inicial de este artículo: ¿debemos cerrar definitivamente las carreras
de comunicación? Mi respuesta a este interrogante, a pesar de lo
desesperanzadora que pueda parecer la pregunta, es que no, no debemos cerrarlas.
No podemos dejar de lado la formación de comunicadores responsables,
capacitados, con valores, con herramientas para enfrentar la profesión de
manera, justamente, profesional.
Ahora
sí, la autocrítica que debemos hacernos como consumidores de Medios es tratar
de exigir que quienes nos informan estén formados en instituciones educativas,
que nosotros mismos sostenemos con nuestros impuestos. También los dueños de
los Medios deberán pensar si no sería mejor, para elevar el nivel de nuestros
productos, contratar graduados en comunicación. Los empresarios que auspician
en Medios de Comunicación también pueden colaborar en mejorar el nivel,
pautando publicidades con programas y diarios que tengan entre sus trabajadores
graduados en comunicación. Y, finalmente, nuestros dirigentes políticos, que en
su búsqueda de comunicar desde las instituciones públicas no se dejen llevar
por favoritismos ni amistades, y contraten a gente formada que pueda llevar
adelante la Prensa y Comunicación.
Tengo
esperanza de que esto cambie, para elevar el nivel de la sociedad, para
informarnos más y mejor, para crecer como comunidad. Apoyemos a los graduados
en comunicación.
* Técnico Superior en Comunicación Social. Estudiante avanzado de Licenciatura en Comunicación Institucional.